El mes de junio es importante para la comunidad LGBTIQ+, ya que se conmemora la lucha por los derechos y el respeto hacia las personas que pertenecen a la diversidad sexual.
Se celebra todos los 28 de junio en conmemoración a la revuelta de Stonewall en Nueva York en 1969, donde personas LGBTIQ+ se enfrentaron a la policía rebelándose contra un sistema político que los hostigaba y discriminaba.
Y pese a que han pasado 53 años el escenario sigue siendo complejo para quienes son parte de las disidencias sexuales, así lo refleja los datos recopilados a través de Mhaite, plataforma integral de Salud Mental desarrollada por Grupo Cetep.
Salud Mental de la comunidad LGBTIQ+
Hoy más que nunca el acceso a atención de Salud Mental es fundamental. Así lo ha demostrado la pandemia que ha puesto en jaque no sólo a nuestra salud física, sino también nuestro bienestar emocional.
En esta misma línea es que muchas personas conversan con Mhaite para pedir orientación en torno a su Bienestar Emocional. Y en el caso de quienes se han identificado como parte de la comunidad LGBTIQ+ hay más de un 25% que se declara sin esperanza en el futuro.
La lamentable cifra dista mucho de la realidad de las personas que se declaran heterosexuales, ya que sólo el 10% manifiesta esta visión de desesperanza hacia el futuro.
La esperanza de vida en las personas LGBTIQ+ es menor debido a la discriminación y homofobia que tienen muchas personas en el mundo y en nuestro país. Precisamente, la neuropsicóloga y jefa de proyectos en Mhaite, Marcela Díaz, explica que “lamentablemente la comunidad LGBTIQ+ tiene mayores índices de depresión y tasas más altas de suicidio. De hecho, el indicador de “sin esperanza en el futuro” se asocia a problemas de ánimo y riesgo suicida.
Los datos que recopiló Mhaite en sus conversaciones muestran que los problemas familiares (25,89%) y el contexto social actual (22,48%) son determinantes a la hora de hablar de la Salud Mental de la comunidad LGBTIQ+.
En este contexto, según un estudio empleado por el Movilh se destaca que tanto espacios públicos como en la familia nuclear se perciben como los principales ámbitos de discriminación en Chile para personas LGBTIQ+.
