Convertirse en madre no solo significa un cambio en la rutina, también puede ser un cambio en el propio Bienestar de la gestante. Es por esto que cada año en el primer miércoles de mayo se conmemora el día mundial de la salud materna, el cual busca concientizar los diversos padecimientos que pueden afectar a las personas que pasan por esta etapa.
Las enfermedades físicas y psicológicas en las madres pueden hacerse presente durante el embarazo e incluso después del parto, y es importante identificarlas y tratarlas a tiempo ya que su salud afecta directamente al desarrollo del bebé.
Una investigación de la Universidad de Chile realizada por la doctora Graciela Rojas determinó que la tasa de depresión posparto en nuestro país alcanzó el 20,7%. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia –UNICEF-, la depresión posparto o posnatal tiende a aparecer en las madres entre las dos y ocho semanas después del nacimiento, pero también puede llegar a darse hasta el año después.
En esa línea, algunos síntomas que se deben tener en cuenta son:
– Cambios de humor repentinos.
– Dificultad para crear un vínculo con el bebé.
– Sentir incapacidad de ser buena madre.
– Angustia y tristeza.
– Problemas para dormir o con la alimentación.
– Dificultad para concentrarse.
Si el sentimiento de desesperanza y rechazo al recién nacido persiste o llega a profundizarse, lo recomendable es recurrir a ayuda terapéutica. A pesar del estigma que tienen los trastornos asociados a la maternidad, la prioridad es el cuidado de la madre y el desarrollo adecuado del bebé, por lo que es importante notar estas señales y buscar el apoyo necesario en amigos y familiares.