#ConversemosdeSaludMental
Dra. Claudia Barrera Renault
Médico Psiquiatra y Gerenta General Grupo Cetep
Durante estos días, hemos visto por primera vez en la historia cómo un movimiento global se desarrolla en torno a una iniciativa creada por cuatro chilenas-porteñas. La performance de Las Tesis es compartida por redes sociales, conocida en pocos días a nivel mundial y replicada infinitamente: Chile, Kenia, Colombia, España, Italia, México, Mozambique, Brasil, Australia, Japón, Turquía, Canadá, U.S.A., India, Suiza, Venezuela, Grecia, Argentina, Cuba, Suecia, Alemania, Inglaterra, Túnez, Bélgica, Puerto Rico, Paraguay, Guatemala, Francia, Perú, Bolivia, República Checa, por el momento.
Asimismo, como un efecto dominó, hemos sido testigos de testimonios estremecedores de centenares de mujeres, compartiendo terribles experiencias de episodios de abuso y violaciones a través de redes sociales. Estos relatos nos enfrentan a incontables y sombrías vejaciones sufridas a muy temprana edad, la mayoría de las veces tristemente relacionadas con parientes directos o amigos de las familias de las víctimas: tíos, primos, padrinos abundan en las narraciones.
No puede dejar de conmovernos también el silencio mantenido durante 30, 40 años o más por parte de las víctimas, por miedo a ser acusadas de “incitar” al victimario, ser tildadas de mentirosas, o ser simplemente ignoradas. Junto con lo anterior, y especialmente entre los más jóvenes, se abren espacios para “funar” a personajes que han abusado de mujeres; fenómeno inconcebible hace 20 años atrás.
Esta vergonzosa realidad local se repite en todo el mundo, y explica la rápida difusión de este movimiento, nacido en un pequeño país del sur del mundo. Debemos reconocer, sin embargo, que este fenómeno ha sido posible gracias a las redes sociales y los teléfonos inteligentes. ¿Habrá tenido Apple, hace doce años atrás, alguna noción de los alcances de dotar a las personas de un instrumento de comunicación instantáneo y mundial en la palma de la mano? Podemos augurar, sin miedo a equivocarnos, que los cambios sociales serán cada vez más globales, rápidos y masivos.
Desde el punto de vista de la Salud Mental la participación en performances y difusión de testimonios personales constituyen un primer paso hacia la sanación de las víctimas, ya que encuentran un tejido social que las valida, acoge y respeta. Pero estas prácticas también resultan sanadoras para la sociedad, porque comenzamos al menos a reconocer, difundir y sancionar conductas abusivas y vejatorias, nos permitimos poner el tema sobre la mesa sin ocultarlo “hasta la muerte” como ha sido históricamente, y abrimos espacios de diálogo y reflexión valiosos para las nuevas generaciones y potencialmente terapéuticos para las actuales.
Porque conversar de Salud Mental puede salvar vidas ¡Vale la pena hacerlo!
Crédito imagen: The Clinic